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Una cosa asombrosa que sucedió con los astronautas y científicos del Programa Espacial de la Nasa en Green Belt, Maryland. Estaban verificando la posición tanto del sol, la luna y los planetas para saber donde se encontrarían en 100 años; para así calcular las órbitas de los satélites que van a ser enviados al espacio.
Hicieron funcionar la computadora y sin motivo se detuvo la máquina, empezó a dar una señal de alerta, los técnicos la revisaron pero no encontraron ninguna falla. Para sorpresa de todos, la máquina avisó que faltaba un día en el universo.
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Los técnicos y científicos se rascaban la cabeza buscando una respuesta al problema, en el equipo había un cristiano que se acordó que le habían enseñado en la iglesia que el Sol se detuvo; tomó la Biblia, les leyó en Josué 10:12-13. Entonces los técnicos no le creyeron pero igual hicieron retroceder la computadora a la época descrita en la Biblia. Sacando cuentas, el tiempo era 23 horas y 20 minutos; le dijeron que no era “un día completo” que faltaban 40 minutos.
Este cristiano se acordó que en la Biblia se menciona que el Sol “retrocedió”. Les leyó la Biblia en 2 Reyes 20:8-10; donde nos dice que la sombra vuelva 10º (grados), sacando las cuentas, esos 10º correspondían a los 40 minutos que faltaban.
Esto, los ingenieros tuvieron que añadir a la historia como el día que faltaba en el universo.
